Las camas estuvieron muy cómodas. La ubicación me encantó, queda muy cerca de la estacion de tren, llegas a pie desde la estación de autobuses y en la dirección opuesta está la catedral, que se ve a lo lejos desde la calle Petrinjska, donde esta en hotel. Las instalaciones son algo antiguas pero son agradables.
La atención fue muy buena y rápida. Hay lockers para equipaje grande. No ofrecen ni venden desayuno pero prestan vajillas (tazas, platos, cubiertos) en la pequeña cocina puedes hacer uso de la refrigeradora y del hervidor eléctrico de agua. No colocaron toallas ni frazadas en la habitación pero puede solicitarse en la recepción.
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