Hotel Campestre Reino Quindiano

Las habitaciones están MUY descuidadas y sucias, en mi habitación el espejo tenía manchas como de pasta dental seca, la toalla del baño tenía un pelo, en el baño había una cucaracha, las paredes están llenas de humedad y sucias. Nos pasaron de habitación pero la cosa no mejoró demasiado, la funda de la almohada olía mal, saqué la almohada y estaba manchada y amarillenta. En el baño también había evidencia de descuido, como por ejemplo la agarradera de la puerta del baño estaba desprendida de un lado, en la habitación de mi amigo la ducha era solo un tubo y el sanitario tampoco tenía aro para sentarse ni la tapa, le dijeron que lo solucionarían y nunca lo hicieron. Este hotel es muy muy muy básico. Agradezco la atención de su personal (sobre todo Carlos que fue especialmente atento) pero al hotel si le hace falta una inversión importante en mantenimiento. No creo que vuelva ni lo recomendaría. Hago este post porque acá hay comentarios buenos pero son muy antiguos y quizás antes si era muy buen hotel, hoy ciertamente no lo es.

Aunque la propiedad tiene potencial, le falta mantenimiento y limpieza al hotel. Las habitaciones son cerradas, y como las ventanas no tienen malla es imposible abrirla para ventilar. Tiene un ventilador que en algunos momentos del día no alcanza a refrescar. Las habitaciones son amplias, pero les falta mayor limpieza. El interior de la nevera estaba sucio, y en los baños también les faltaba un mejor aseo. En los dos días que estuvimos tuvimos el inconveniente que solo nos pusieron una toalla, siendo que éramos dos personas en la habitación, y esta estaba manchada y rota. No había champú y el jabón era el más económico del mercado. Hay agua caliente, pero si varias habitaciones se bañan al tiempo no da abasto. El baño no tiene tan buena ventilación, aunque es bastante amplio. El restaurante es regular. No hay carta y solo se puede comer si se reservó previamente con horas de antelación. Los platos son populares y de regular calidad. La atención puede ser mejor. Poco se esfuerzan en personalizar los platos. Mi pareja no come huevo y en el desayuno no le ofrecieron alternativa. Ni siquiera nos permitieron pedir unos "huevos con salchicha" sin el huevo, para que pudiera comer solo la salchicha. Ni hablar de la experiencia de un amigo vegetariano. El horario también es limitado: máximo hasta las 9am se podía desayunar, incluso el domingo. El hotel no tiene espacios para trabajar distintos al restaurante o el bar, en el que ponen música a un volumen alto desde las 10 de la mañana. Es inviable estar en el hotel si tiene que hacer llamadas de trabajo o si quiere dormir hasta tarde. Aunque tiene una buena piscina, esta no se ve muy limpia. Creo que en los dos días que estuvimos nadie se metió. Los sobresaliente del hotel es la vista, en especial desde la parte de atrás o desde el mirador que queda en la piscina. Otro punto positivo es que son pet-friendly. Tienen un perro llamado Rex al que tratan muy bien y cuida la propiedad. El hotel es económico, pero eso se ve reflejado en lo que se obtiene. No tienen opción para pagar con tarjeta débito o crédito, y la única alternativa al efectivo es transferencia a Bancolombia. La atención en la recepción fue buena. Incluye parqueadero y queda accediendo por una vía en regular estado por unos 5 minutos. Si no tiene carro se puede pedir servicio de taxi desde la recepción. El trayecto a Quimbaya cuesta unos $20mil (lo mismo que cuesta de Quimbaya al hotel, que tarda 15 minutos) y al aeropuerto de Armenia unos $80 mil.