Hotel Milano

UNA VERGÜENZA. Reservamos habitación, nos cobraron el total al mismo momento de la reserva (U$S 130 la noche un hotel 3 estrellas), viajamos 5 horas en auto con su correspondiente gasto de peajes y combustible, y al llegar nos dicen que el hotel estaba sobrevendido y no tenían lugar para nosotros. Nos dejaron sin alojamiento a las 5 de la tarde, y encima como tomándonos el pelo nos dicen que por el "error" nos dejaban pasar un rato en la piscina (cuando teníamos que salir urgente a buscar otro alojamiento que era lo que necesitábamos, y no una piscina). Una falta de seriedad, respeto y compromiso total. Encima hace una semana que estamos en vueltas porque no nos cancelaron el pago en la tarjeta. Unos estafadores. NO LO RECOMIENO PARA NADA!

Volví al Hotel Milano tras 40 años. Lo han renovado, y por supuesto, las cosas cambiaron pero al mismo tiempo sigue siendo el mismo Milano de siempre, de una familia que da la bienvenida a otra. Uno se siente como en su casa. Por trabajo viajamos con frecuencia y nos alojamos ya en cantidad de hoteles. El Hotel Milano es un hotel con aire a hogar. Todo es agradable: las camas y almohadas, cómodas y por primera vez en un hotel (y eso que este es 3 estrellas) encontré almohadas perfectas. La heladerita de la habitación, excelente. El baño limpio, moderno, con una ducha buenísima. El desayuno es para extrañar cuando volviste a casa: panes, facturas, café riquísimo, jugos, yogur, huevos revueltos, fiambres y queso, agua para el mate disponible todo el día también... La galería de ingreso tal como recordaba que era: con sillones y mesitas, lindísima para tomar unos mates. Lo que en otros hoteles es un lobby, en el Hotel Milano es el living de tu casa, con sillones cómodos, TV, algunos libros para que elijas, un lugar cálido y bello. No usamos la piscina porque nos gusta más la playa, pero vi que otros huéspedes la disfrutaban. Nuestra habitación en PB tenía balconcito con mesa y dos sillas, y veíamos la piscina y el mar, cerquita. La ubicación del hotel es excelente. Las señoras de la limpieza son muy amables. Y dejé para lo último la mejor imagen: Victoria, Pedro y Lucas en la recepción. Los dueños han elegido MUY BIEN a su personal. Son tan bien dispuestos, tan educados y agradables, tan comprensivos si uno tiene alguna dificultad, que volví a sentir que estaba como en casa, igual que hace tantos años cuando iba y me quedaba allí (lamenté mucho lo de Maribel, tan amorosa, QEPD). Si tus expectativas al alojarte en un hotel son las de sentirte como en tu casa y sin complicaciones, esta es la mejor elección.

No volvería nunca, fui con toda mi familia y ocupamos tres habitaciones. Primero y principal las habitaciones no son lo que muestran en el sitio web del hotel: en una de estas no nos pudimos bañar porque la ducha estaba llena de hongos y ni hablar del poco espacio que había (el que no se ve en ninguna foto que publican). Las lámparas estaban “arregladas” pegadas con cinta de papel, las paredes húmedas y muy desprolijas. En otra habitación ni cortina había, por lo que toda la gente que pasaba y desde la pileta te veía, si querés privacidad tenes que bajar la persiana. Pagamos las tres habitaciones con “terraza” y una apenas tenía espacio para dos sillas apretadas. También hongos en la bacha del baño. En la tercera habitación la canilla de la bacha del baño estaba totalmente suelta y el duchador también estaba flojo por lo que era difícil ducharse. Nos rompieron un perfume y se hicieron los que no tenían nada que ver. Al comunicarle al encargado todo esto, su único interés fue pasarnos a una habitación de mayor categoría para cobrarnos más. Malísimo el desayuno y no llega el wifi a la pileta. Nada más que agregar, un desastre las instalaciones y la atención deja mucho que desear. Lo único bueno la ubicación, que si es por eso elijo el hotel que está al frente.

Só dei duas estrelas pela localização e tamanho do quarto porque a relação custo benefício é péssima. Os problemas começaram logo no check in. Chegamos 14h e o quarto não estava pronto. Informaram que em 20 min estaria ok. Esperamos 40 e nada. Fomos almoçar e só quando voltamos é que conseguimos entrar. À noite, meu filhos tomaram banho e na hara da minha esposa, a água acabou. Disseram que era problema de pressão da bomba que não suportava todos tomando banho ao mesmo tempo. Fomos jantar, na volta ela conseguiu tomar banho. Na minha vez, consegui me molhar para me ensaboar mas não consegui tirar o sabão e precisei terminar com um galão de água que eu tinha comprado para beber porque a água do chuveiro acabou. Pedimos para abrir o cofre, informaram que iam em 5 min. Passou meia hora e nada. Acabou que nem usamos. O café da manhã também é muito precário, nem café tinha, só saia uma água escura da máquina. Quando falei com a moça, ela disse que ainda não tinha terminado de passar, por isso estava daquele jeito. O banheiro é extremamente apertado. Se I sabonete cair no chão, tem que sair do box para pegá-lo. Só não mudei de hotel porque só ia ficar duas noites. Experiência horrível.

Bom O hotel é bem localizado, limpo . O café da manhã é gostoso apesar da pouca variedade

OK mas precisa melhorar! Pontos positivos: localização (dá para andar a península inteira a pé - muito próximo à rodoviária) - atendimento muito bom (funcionários sempre disponíveis e atenciosos) - café da manhã OK Pontos negativos: não tem estacionamento (como fui fora de estação, este não foi um problema, inclusive é seguro estacionar o carro nas ruas, mas durante a alta estação será um grande problema) - fiquei em um quarto para casal confortável mas o banheiro! - para você ir ao banheiro e fazer as "necessidades" você precisa fechar a porta, já que ela aberta fica encostada na privada. Até aí tudo bem, se houvesse espaço no banheiro! Então ou você se contorce todo para conseguir fechar a porta ou você entra no box e fecha a porta! Além disso o box também é apertado demais! Isso seria facilmente resolvido se utilizassem um espaço do enorme terraço (que tem uma vista parcial do mar) para aumentar o banheiro todo!