Checkin Concordia Playa

Los platos estaban llenos de mierda, la comida era la mierda, estaba todo muy duro o poco hecho, los vasos para el agua eran enanos y no se me podía ni beber, porque si bebías agua te entraba un virus, deberían revisar las tuberías. Había cucarachas.

Pésima la calidad de los alimentos, y mal cocinados. Muy poca variedad de alimentos, y super repetitivos.Las habitaciones normales, limpieza normal. Lo único que vale la pena es el personal que trabaja en el. Son muy amables. Y la situación donde está. No volveremos a repetir.

El hotel en conjunto está bastante bien. He regresado contenta. Le hace falta una reforma de todo. Pero está bastante limpio y el personal es atento. La comida variada y abundante. Seguramente volvería. La ubicación muy buena, paseando llegas a la plaza del charco y zona antigua

El hotel NO ES UN HOTEL 4 ESTRELLAS. La habitacion se parece a las fotos, sin embargo, no cuenta con los servicioa anunciados. El aire acondicionado no sirve y la nevera no enfria. La atencion del personal del restaurante, Mozo de ingreso y Jefe de cocina, es PESIMO. Definitivamente saben como arruinar el desayuno a cualquiera y tienen MINIMO conocimiento sobre que es la atencion al cliente.

Le uniche cose positive sono il personale che è molto disponibile e la posizione che è invidiabile. Le camere vengono rifatte tutti i giorni ESCLUSO o il sabato o la domenica. Il menù è da infimo alberghetto e non da un hotel 4 stelle: sempre le stesse cose, scelta limitata. A colazione questa mattina non c'era neppure lo yogurt bianco, solo quello alla fragola. Da dimentirsi anche una normalissima zuppa alla sera, la pizza, che non sarebbe male, è fredda. Il pesce è immangiabile. Potrei continuare....ma penso sia sufficiente per sconsigliarlo.

Su principal atractivo es estar muy cerca del centro. Mi habitación estaba en el tercer piso y casi siempre subía andando porque los ascensores son muy pequeños y suele haber cola. Por la noche se oía música, creo que del bar de enfrente, lo cual era algo molesto. Tendrían que ajustar el volumen del televisor, porque al ponerlo en marcha siempre era muy alto. Nos sorprendió que el sábado no arreglaran la habitación. Por lo que he leído es algo habitual. Agradecer a las camareras de piso con las que coincidimos el resto de días y que eran muy amables. El bufet, extremadamente simple. Aunque teníamos pagada la pensión completa, hicimos pocas comidas allí, porque en general, era todo muy insípido. Lo mejor, el bacon del desayuno y el pan de cereales. Una mañana comí un croisant seco, fatal. Los postres, más que justitos. La fruta, lo mejor. El tomate de las ensaladas también muy malo. Capítulo aparte una ensalada de pasta del último día, incomible. El rincón italiano, tampoco era bueno. Tienen bebidas de avena y soja y leche sin lactosa. Una de las cafeteras se estropeó varias veces. En otro momento ya no salía café, era agua y al comentarlo con uno de los encargados me dijo que a la hora que era ya no la iba a cargar. Aparte de ese detalle, todos los empleados del comedor trabajaban a destajo, manteniendo las mesas limpias y reponiendo los cubiertos inmediatamente cuando alguien terminaba. Les felicito. También al cocinero que atiende amablemente. Y al camarero del bar, también muy atento. Estaría bien que cerraran la puerta que da del bar a la calle, porque entraba el frío de la noche y lo que es peor, el humo de los que estaban fumando fuera. Vimos que había un piano precioso en el bar y pensamos que la actuación musical sería con él, pero no. Eran músicos con pianos electricos. No nos quedamos ningún día. Por las noches montan una paradita con bisutería en la recepción. La habitación era suficiente, camas cómodas y el baño bastante amplio. Nuestro balcón tenía vistas al edificio de enfrente así que poco salimos.