Este hotel tiene un ambiente de los 70, clásico y elegante. Los empleados que nos hicieron el check-in fueron muy serviciales en todo momento. La habitación estaba impoluta, y el servicio de limpieza es diario. En la habitación había televisión, nevera, secador de pelo, espejos, hervidora de agua junto a dos vasos y té instantáneo, bolígrafo y papel y un teléfono. En el baño, con bañera y retrete japonés, también venían cepillos de dientes, algodones para skincare, gomas de pelo, bastoncillos para los oídos y vasos. También hay máquinas expendedoras en el pasillo. La ubicación es excelente: se encuentra en Dejima, cerca del antiguo asentamiento holandés de antes de la Restauración Meiji, y justo al lado de la cuesta de casas holandesas. Esta muy bien conectado con el transporte público. La verdad es que por este precio, merece mucho la pena. Tuvimos una estancia muy agradable y sin duda repetiría.