Gran Hotel Panamericano

Excelente servicio

Hotel estilo clásico de cierta antigüedad, refaccionado. Excelente ubicación. En principio, quiero destacar la muy buena predisposición del personal del hotel. Desde mi punto de vista, y en todo momento, se mostraron cordiales y educados. El desayuno muy completo, tanto de dulce como de salado, en el salón del 7mo. piso. Si bien, no me sucedió, he leído en otras experiencias que, a veces, ese salón se llena. Con respecto a la habitación (5to. piso), intentaré ser objetivo: Me pareció excelente en cuanto a iluminación, vista (frente a la plaza), y espacio, pero un poco ruidosa, quizás por su ubicación, por lo que se escucha bastante el ruido de máquinas de construcción, y algún que otro griterío de discusión en la calle durante la madrugada. Las persianas, de madera, creo que ya se ganaron su jubilación... PVC o aluminio serían una interesante opción. En cuanto a la limpieza, creo que habría que prestarle atención a alguna que otra telaraña que había por allí. L o que más me llamó la atención fue la cantidad de material (polvo/arena de revoque) que había en el estante sobre el que descansa el cofre guarda-valores. Me sorprendió que no esté amurado, por lo que aproveché para bajarlo, y noté que la parte superior del mismo necesitaba algo de limpieza, tanto como las maderas que hacen de estante. Dado que era domingo a la tarde/noche, me pareció inapropiado ir a la conserjería a pedir que me dejaran usar una aspiradora (risas), por lo que decidí ocuparme personalmente del tema con los recursos de los que disponía en ese momento, Pienso que logré un muy buen resultado, y la diferencia fue notoria. Con respecto al baño, está refaccionado con porcelanato, y pienso que quedó muy bien, pero hay un detalle inherente a la seguridad: el piso de porcelanato de la bañera quedó muy lindo, y tal vez sea más práctico para su limpieza, pero podría ser peligroso para alguien con los pies enjabonados. Además, habría que tomar nota de la vista a través de la ventana, dado que se ve desde el edificio que está enfrente, sobre San Martín, lo que obliga a subir y bajar la persiana, para que se ventile como para que no se vea tanto, respectivamente. El piso de parquet habría tenido muy linda terminación en sus comienzos, aunque me parece que ya está un poquitín "cachuzo", debido al tiempo transcurrido. También sería satisfactorio que las ventanas tengan mosquiteros. Eso no sólo impediría la entrada de mosquitos, sino también la caída de objetos hacia el exterior. Por otro lado, entiendo que estuvieron, o están en refacciones. El asunto es que suelo usar la escalera con frecuencia, y noté que la baranda de la misma necesitaría una limpieza. Por último, me pregunto si el desprendimiento de material dentro del placar se debiera a algún posible problema de filtración de humedad. Bueno sería ver ese tema. A pesar de todo lo expuesto, vuelvo a recalcar el buen trato, y atención del personal. Hasta la próxima, y gracias. Carlos

El hotel es antiguo pero muy bien restaurado. Un poco oscuro en general. Mantiene los viejos pisos de granito en las áreas públicas y el parquet en las habitaciones, al igual que el placard. El mobiliario podría ser mejor. La ubicación es muy cómoda para desde allí moverse a cualquier punto. El personal de la recepción podría ser más cordial si tuviera ganas. El desayuno en el 7mo piso es muy bueno (les faltó huevos revueltos). La habitación es pequeña pero más la ducha! Increíblemente mide 50x50. Incomodísima! La cama y almohadas muy bien. Desde el lobby, hay acceso directo a "La Fonte D´Oro", ubicada en la esquina.