Vieraskäyttäjä
16. joulukuuta 2022
Mi nombre es Daniela, soy chilena. Trabajé como profesora de Inglés en el hotel, a cambio de hospedaje por un período aproximado de dos meses. Abandoné el lugar, porque durante mi estadía fui mordida 2 veces por perros al parecer abandonados que vivían frente al hotel. La primera vez, fui mordIda por un perro y me protegió el tipo de ropa que usaba. Le comenté al dueño del hotel y él me sugirió llegar en moto taxi para evitar ser mordida otra vez. Además, me dijo que esta situación llevaba tiempo ocurriendo, pero que no se puede hacer nada. En la segunda ocasión, por la noche, yo me encontraba a una cuadra del hotel, no había mototaxi, por lo que decidí caminar al hotel y ahí tuve una de las peores experiencias de mi vida. A pasos de llegar al hotel Samana Chakra, fui atacada por 3 perros grandes que me saltaron encima y me mordieron. Me asusté, grité y pedí ayuda, pero no había nadie. Fue tan grande el miedo que sentí que con la adrenalina logré cambiar de actitud y espantar a los perros y por suerte apareció un hombre que me ayudó a entrar al hotel. En el hotel mismo, lloré y grité por ayuda, debido al shock, ya que mis brazos sangraban y me dolían, también llamé por teléfono para pedir ayuda al dueño del hotel, quien no salió a ver lo que me había ocurrido, pero sí consiguió que un taxi llegara para llevarme a la clínica. Al día siguiente, mi dolor era mucho, el dueño del hotel me tomó fotografías y las publicó en un chat de mancoreños, esto sin consultarme. Los días posteriores a esta experiencia, recibí ayuda de amigos y amigas peruanos y extranjeros, que empatizaron con mi experiencia me ayudaron a conseguir mejores medicinas, alimentos e ir por mis dosis de vacunas antirrábica, no siendo la misma forma de actuar del dueño, quién sólo se limitó a contarme que otra chica había sido mordida en la cabeza y que le habían tenido que poner puntos. Después de unos días, cuando ya me sentí mejor, decidí irme del lugar porque para mí era demasiado inseguro en todos los sentidos, aún cuando después se hizo un gestión y sacaron los perros y vagabundos que vivían en el sitio abandonado. Finalmente, esta mala experiencia me hizo desistir de mi plan de vivir en Máncora, donde sin duda conocí gente increíble con quienes mantengo amistad hasta el día de hoy. Pero la situación vivida, sumada al actuar del dueño del hotel, me parece responsable de mi parte compartirles esta experiencia, porque lamentablemente es uno de los riesgos a los que uno se puede ver enfretado en este lugar por la tenencia irresponsable de mascotas y la falta de empatía del dueño del hotel Samana Chakra.
Käännä