Jose S
3. toukokuuta 2025
Desde que llegamos, sentí una tranquilidad que pocos lugares consiguen transmitir. El verde que rodea cada rincón, la actitud cercana del personal, el entorno, las vistas… todo contribuye a ese silencio amable que te abraza. La mayoría de las personas que se hospedan son tranquilas, como si todas vinieran buscando lo mismo: un lugar bonito en el que respirar, desconectar y sentirse en calma. Muy lejos del bullicio, por desgracia tan típico, del turismo de borrachera en otras zonas de la isla. También se ven algunas familias más jóvenes con niños, y algunos grupos de turistas algo más animados, pero siempre mantienen un tono agradable y respetan el ambiente del lugar. En la zona de piscina, por ejemplo, hay un socorrista muy majo y atento que sabe perfectamente cómo tratar con los niños: deja que se lo pasen en grande, pero en cuanto se descontrolan, en un segundo vuelve a reinar la paz. Una dulzura de muchacho. Como cada uno de los empleados que me han atendido. Quizás me haya puesto algo demasiado poético, pero me fui con la sensación de haber descansado de verdad, y con ganas de volver. Ojalá más lugares así. Lo recomiendo de corazón. Sin duda.
Käännä