Hotel Casona El Arral

El edificio es espectacular y la situación inmejorable, pero la verdad es que nos decepciono bastante ya que al reservar y ver los espacios imaginábamos que todo estaría de 10, no fue así, el colchón era de muelles y algunos te los clavabas al dormir, el desayuno esta correcto siempre y cuando te guste desayunar dulce, ya que no hay opciones de salado salvo un minisandwich; a esto hay que sumarle el momento venta de mermelada durante el desayuno, yo particularmente sin un café no soy persona con lo que no me pareció el momento más correcto para realizar la venta. En resumen, me parece que para el precio de las habitaciones les falta mejorar algunas cosas.

Nos hemos sentido como en casa o incluso mejor!! Ha sido un viaje en familia con los niños que recordaremos siempre! Inés y Gabriel nos han cuidado muchísimo, siempre muy atentos para ayudarnos en todo lo que podían! Hemos tenido una estancia inmejorable!

Pasamos un fin de semana inolvidable. Los dueños de la casa fueron encantadores y nos trataron fenomenal. El desayuno casero y estupendo. La casa fabulosa, preciosa, con un jardín muy agradable y el río precioso justo al lado. Lo más importante fue que nos sentimos como en casa porque nos trataron excepcionalmente. Repetiremos sin ninguna duda. ¡Mil gracias Inés!

Un sitio perfecto para el descanso, ubicado a las afueras de pueblo. Habitaciones amplias y confortables, cumplen su cometido. Entre los aspectos a mejorar, habría que indicar que al ser una casona antigua no dispone de ascensor, lo que hace pesado llevar mucho equipaje y tener que estar subiéndolo muchas escaleras( especialmente para personas mayores no es accesible). Los desayunos se hacen repetitivos/pesados si se está muchos días hospedado, ya que siempre es lo mismo. Ponen mucha bolleria casera( bizcochos, magdalenas), tostadas, zumo y unas pequeñas porciones de jamón york. Para personas que no puedan tomar azúcar, no hay alternativas de desayuno. Si se quiere tomar algo distinto, te lo cobran como extra( lo que no me parece bien, ya que no es un hotel precisamente barato). Raciones justas y muy medidas( pero siempre puedes repetir si quieres, no ponen pegas). Inés se encarga de dar el servicio de desayunos y está siempre dispuesta y atenta a lo que pidas, aunque a veces va lenta y tarda un poco en traer las cosas, ya que está sola sirviendo las mesas. En general, la estancia en términos generales ha sido buena y hemos estado muy a gusto. Seguramente repetiremos y esperamos que mejore el tema de los desayunos! Por lo demás, un alojamiento muy agradable.

Una casona típica cántabra preciosa, por fuera un enorme jardín con un rincón al lado del río para irte a leer o tomar algo a cubierto. La decoración muy acorde con la casona, cada habitación con el nombre de un barrio. El desayuno nos gustó mucho con productos caseros. Es una muy buena opción para visitar los Valles Pasiegos, pero también para visitar todo Cantabria. Está a 25 minutos de Santander. El trato de los dueños muy acogedor, fueron encantadores.

Desde que llegamos los dueños fueron muy amables y atentos, contándonos la historia de la casa y de Liérganes. Es una casa con mucho encanto e historia pero con las comodidades de estos tiempos. También nos aconsejaron muy bien sobre dónde comer y qué podíamos visitar. Habitaciones amplias y desayuno abundante y muy bueno. Es un lugar en el que hospedarse 100% recomendable.