Vieraskäyttäjä
3. tammikuuta 2024
Voy a contar lo que me pasó en este hostel, porque fue fuera de serie. Violencia verbal tremenda, como nunca pensé que se pudiera dar en un hostel. Básicamente, lo que ahí pasa es que la administradora, por ahorrarse unos euros, solo enciende la calefacción cuando ELLA tiene visitas hospedadas en el hostel. Por lo cual, cuando mi compañera de habitación le solicitó que por las noches encendiera la calefacción (a 0º en el invierno de Granada y por la que, además, pagamos porque viene en la habitación), ella no le dijo nada y se fue. Así que yo, por las pocas noches que iba a quedarme, tomé uno o dos edredones de camas sin usar para no congelarme, puesto que lo único que dan por habitación como ropa de cama es una sábana y un edredón muy, pero muy delgado para ese invierno. Valga aclarar que yo intenté, yo misma (luego del intento frustrado de la compañera), pedirle antes por última vez que encienda la calefacción, pero simplemente me evadió. Así pues, un día antes de que me fuera, la administradora descubrió el tema del edredón adicional que había tomado de otra cama y se lanzó a gritarme delante de la mujer de la limpieza, a viva voz, que "ella flipaba por lo que había hecho" y una innumerable lista de cosas... Le dije que no me gritara. Solo se exaltó más. Me dijo: "Sí! grito! grito!". Se sentía super orgullosa de tratarme de ese modo. En medio de los gritos, mentía y acusaba sábanas encontradas en el baño, inventaba cada vez un pretexto distinto para jamás encender esa calefacción... que yo había movido la manija, que estaba prohibido por ley encenderla "todo el tiempo", que si la noche anterior me había corrido del comedor (luego de ocuparlo por horas solo para sus amigos) había sido porque ya cerraba (mentira porque eran las 1030 pm y cerraba a medianoche). En medio del maltrato, me metí al baño de la habitación como único lugar donde podía cambiarme, en lo que la chica de la limpieza se ocupaba de la habitación. La administradora me siguió y me tocó la puerta con violencia para que yo salga, así estuviera desnuda, porque ahora de pronto, decía, la muchacha necesitaba limpiar el baño. Cuando amenazó con entrar a la fuerza, salí y solo continuó con los gritos un momento más hasta que se fue. Me sentí muy mal en ese momento. Eran mis vacaciones de fin de año, cortas pero abrazadas con ilusión. Yo viajaba sola y siento que eso le hizo sentir que podía abusar de su condición de administradora. Terminó opacando mis vacaciones, y, honestamente, generándome mucha repulsión al ver cómo ella buscaba la aceptación de políticos locales a los que estaba afiliada (a los únicos que les encendía la famosa calefacción...), y cómo ponía letreros en el lugar en los que decía que dizque estaba "libre de violencia machista", para uno obtener esto... violencia feminista. Manipulación. Mentiras. Maltratos. Y luego risitas estúpidas celebrándose ella misma sus propias maldades hechas a una clienta joven, muerta de frío por su mediocridad y negligencia, via
Käännä