Hotel Taselotzin

La atención recibida fue de lo más cálida. Rufina fue muy gentil de explicar sobre los orígenes del hotel, Juana en responder cualquier duda que tenía del pueblo y sus cultura, sin mencionar los platillos inigualables que preparó Viki con un sazón inigualable y deliciosos. Volvería a pedir el café de olla que preparan, además de los quelites característicos de la región y sus tlayoyos. Hay muchos talleres que se pueden realizar en el hotel, pero me hubiera gustado tener más tiempo para hacerlos todos. Recomiendo el taller de Náhuatl y herbolaria.

Es un lugar para relajarse, cuenta con actividades como clases de nahuatl, cocina, herbolaria y senderismo o simplemente descansar y meditar. No hay televisión y el calor es un po sofocante ya que las habitaciones no tienen aire acondicionado ni ventilador,

Muy descuidado, las sabanas, almohada y tallas viejas. Regadera sucias y algunos insectos dentro de la habitación. Personal poco amable. La propiedad es bonita y el desayuno fue bueno. Cuetzalan es bonito pero no tiene opción de un mejor nivel de hospedaje.

Mi mamá no dudó en reservar en el hotel por la buena causa que representa el lugar, pero al llegar ahí la atención fue muy mala. Llegamos a las 2 de la tarde y todavía no tenían una de nuestras habitaciones listas y después nos comentaron que al siguiente día tendríamos que cambiar de habitación por un problema de administración, lo cual sería comprensible si hubiéramos hecho la reservación ese mismo día pero se hizo desde un mes atrás. Teníamos la idea de quedarnos todo el día en el hotel por todas las actividades que anunciaban porque además está lejos del centro y sabíamos desde antes que el hotel no tiene buen internet, pero al comentarle esto a la señorita nos dijo que teníamos que reservar un día antes las actividades (cosa que no se nos mencionó mientras hacíamos la reservación.) Al final decidimos perder el dinero del anticipo e irnos a un hotel un poco más caro pero súper cerca del centro donde pudimos hacer actividades súper padres. En conclusión me gusta mucho el concepto con el que se anuncian y estaba muy emocionada por la clase de bordado y la de náhuatl pero siento que deberían coordinarlo mejor para que sea un poco más dinámica la visita al hotel y puedas realizar varias actividades durante el día para aprovechar tu estadía. Se que pueden mejorar y espero algún día poder regresar y ver que ya se mejoró la atención.

Es mi primera visita a Cuetzalan, un hermoso pueblo entre las montañas en puebla, este hotel se encuentra a solo unos 5 minutos de la central de autobuses, tiene lo indispensable para descansar, te desconectas de todo, si quieres wifi lo tienen en el lobby, no es muy buena la señal, obvio en todo el pueblo casi es lo mismo, este hotel se caracteriza por las personas que se encuentran a cargo, solo mujeres nativas que se dedican a sus labores en el hotel, las camas normales muy bien para descansar, tienen agua caliente, los jabones son orgánico hechos a base de pétalos y por ellas mismas, tiene un pequeño salón donde tienen sus productos artesanales para vender, ojo es un hotel sencillo no es un gran turismo o algo de gran lujo, tiene todo para que vayas a descansar, no tiene tele ni nada, la comida es muy rica y la gente amable. El precio es justo.