Vieraskäyttäjä
21. elokuuta 2024
En ruta por la Ribera Sacra, reservamos en este lugar y el resultado fue muy satisfactorio. Una ubicación perfecta, en un auténtico y antiguo molino justo donde se unen Miño y Sil, mejor imposible y gestionado por unas personas de esas que te alegran la vida. Una oferta y cocina sin pretensiones, pero todo muy bien hecho, con relación calidad precio en su punto. Recomendable su salmorejo de la jienense... Comer seis amigos en su terraza, viendo correr el agua de los día ríos y escuchando su susurro, tranquilos y al fresco, fue una experiencia única. Al terminar, nada mejor que un paseíto por las riberas y quien no se refresco los pies, se dió un pequeño chapuzon.pedía. Si se está por la zona, no dudar de parar en este molino.
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