Casa de Santa Uxía

Estivemos en parexa nesta ponte de outubro. Un lugar excepcional. Casa situada ao lado do encoro de Santa Uxía cunhas vistas inmellorables. Fantásticos almorzos cada mañá. Habitacións completas. Encantados co trato recibido por parte de Edu. Recomendable 100%. Seguro que voltaremos.

Para empezar, debes saber que si vienes en coche, posiblemente lo rayes, ya que la entrada al parking es estrechísima y además está en una curva. Lo reservamos basándonos en las fotos, que hay que reconocer están muy bien hechas. La realidad es otra: la casa está muy dejada, es súper oscura, y huele a humedad por todas partes. Las paredes son de papel, así que se oye absolutamente todo lo que hablan en la habitación de al lado. Al estar al lado de un lago, la casa está llena de mosquitos. Llévate una buena crema. El armario es viejo y huele, así que cualquier prenda de ropa que dejes, va a adquirir ese olor. Las escaleras chirrían de sobremanera, con lo que cada vez que sube o baja alguien por la noche, te despiertan. Y para acabar, la casa se encuentra justo detrás del cementerio, lo que acaba de darle aún más mal rollo. Nada recomendable.

Muy en resumen, está totalmente incomunicado de todo y en una zona que no hay absolutamente nada que hacer. Sino tienes coche no se te ocurra venir, taxi más cercano a 13km y te cobran 15 euros ya de precio de salida. Si a eso le sumas que la casa, a pesar de verse muy limpia y correcta no consigue ser acogedora para nada.... Lo único bueno limpieza y desayuno. Habitacion para mi de precio no justificable, porque por tener ni tele teníamos, era enana y se veía fatal, surrealista en una casa rural de 100€ la noche pero bueno. El baño una eternidad para ducharme por la alcachofa... El jardín enano y totalmente en pendiente, no puedes ni pasear por el, como sino hubiera, y el salón de al lado de recepción tampoco invitaba a quedarse ... Por no hablar del acceso, si venís en coche preparaos para entrar... Raspazo asegurado... Y todo esto junto al mal carácter de la dueña nos hizo pasar unos días bastante incómodos. Nada que ver el taxista, un profesional que nos dio buen trato e información de dónde ir a comer o todo lo relacionado con la zona

A mediados de julio hemos pasado unos días en Ézaro, en la casa de Santa Uxía, situada en un entorno espectacular. A ello se añade la atención, el buen trato y el buen hacer de Edu. Casa de limpieza exquisita. Y el desayuno hecho con mimo, todo casero y abundante en un comedor luminoso con vistas al embalse. No se puede dejar de destacar la amabilidad de Irene. Sin duda, para volver, resultaron unos días sumamente apacibles.