Vieraskäyttäjä
29. syyskuuta 2024
Nos acabamos de ir y ya tengo ganas de volver. Es un pequeño hotel muy tranquilo y familiar. Para acceder a él hay que cruzar el río por un puente peatonal lo que lo sitúa en un prado rodeado de montañas y espesos bosques. Así queda apartado de la carretera y es perfecto para quien busque tranquilidad y para familias con niños ya que ellos pueden andar sin peligro de coches. Las habitaciones son amplias y limpias. Hay unas 20 dentro del propio hotel además de 6 en un anexo junto a la piscina y frente a las pistas de tenis. Incluso una cabaña de madera habilitada como una habitación más. Al conjunto lo circunvala un río y varios arroyos por lo que la relajación escuchando el agua correr está garantizada. El personal es muy amable y se desviven por hacerte la estancia muy agradable y hacerte sentir como en casa. Hemos estado una semana y si teníamos algún capricho del que no disponían en ese momento, Rebeca lo compraba al lado de su casa y al día siguiente lo traía. Todo el personal es muy atento pero quiero destacar la ternura y el cariño con la que nos ha tratado Rebeca en cada momento desde el día que llegamos hasta que nos fuimos. La comida es totalmente casera. Los desayunos algo básicos pero el almuerzo y la cena buenísima. Hubo felicitaciones para la cocinera varios días de la semana porque era como comer en tu propia casa. A destacar la fabada que fue excepcional. El hotel está a unos 5 minutos de Cangas de Onís en coche aunque también lo une un precioso sendero muy practicable para cualquier edad y que en 3 kilómetros te lleva al pueblo. En resumen un hotel que por su situación, su entorno, su personal, su comida y su tranquilidad lo recomendaré siempre a mis amigos y del que no tengo dudas que volveré.
Käännä