Christian
29. elokuuta 2024
Lugar maravilloso perdido en el corazón de Creta. Se trata de un hotel rústico con todas las comodidades enclavado en un lugar espectacular. Especial mención merecen la piscina y el SPA, una absoluta maravilla. El desayuno es increíble, todo con productos locales de la propia finca y las cenas en el hotel son una delicia, cenamos todas las noches ahí. Todos los platos que probamos estaban buenísimos y los postres un verdadero espectáculo. Las habitaciones son muy amplias y muy cómodas, con una kitchenette con todo lo necesario. La finca es perfecta para ir con niños, hay multitud de animales e incluso ofrecen paseos en burro para los niños. Por último, quisiera mencionar la amabilidad, profesionalidad y calidez de todo el personal, dispuestos en todo momento a ayudar y con una sonrisa todo el día, una gente fabulosa. Repetiremos seguro y no podemos dejar de recomendar este sitio a todo el mundo, es una verdadera joya!
Käännä